El Cultivo

En los secanos tradicionales se aconseja labrar el suelo: una o dos pasadas profundas con arado de vertedera o subsolador para esponjar el suelo y facilitar la entrada del agua y, en verano, las pasadas necesarias de cultivador para controlar las malas hierbas.

En regadío, también es posible cultivar con cubierta vegetal, bien en la calle o en toda la superficie. Hay que evitar la competencia de las hierbas adventicias mediante siega o triturado, que a su vez constituirán un excelente abono natural.

De ella depende la futura formación del árbol, por lo que es otra de las claves del éxito de la plantación:

• Poda de formación: se realiza los primeros 6-8 años El objetivo es conseguir una buena estructura de copa en vaso con tres ramas principales y altura de cruz no superior al metro. Se optimizan los rendimientos y la mecanización de la recolección.
• Poda anual de producción: El objetivo es proporcionar aireación y luminosidad en el interior del vaso a fin de mantener la producción.

Dependiendo de la variedad, las necesidades hídricas del Pistacia vera oscilan entre 300 y 600 mm, que se pueden cubrir con dotaciones de riego de entre 4.000 y 6.500 m3/ha.

Preferentemente deberá de utilizarse el riego localizado que evita los encharcamientos. Mejor riegos abundantes poco frecuentes que pequeños riegos con mucha frecuencia.

En secano la fertilización será foliar y en regadío se puede combinar esta con la fertirrigación, lo que aumentará su eficacia.

La recolección tiene lugar entre finales de agosto y mediados de septiembre, según la zona y la variedad de pistacho.

Se utilizan preferentemente medios mecánicos, vibrador y paraguas, y el fruto cosechado debe de ser procesado a la mayor brevedad para evitar que se deteriore. Se comercializa pelado y seco.